He visto muchas cosas, pero nunca había visto sexo en grupo en el escenario. Y lo más sorprendente es que no hay caras de aburrimiento en el público. ¡A todo el mundo le gusta! Bueno, los participantes directos son doblemente agradables: te chupan la polla vigorosamente y la atención aprobatoria del público. El acorde final, el bukkake, se integra de forma tan orgánica en el ambiente de la velada que no puedes evitar preguntarte si podría haber acabado de otra forma.
La pelirroja bien podría venir a trabajar completamente desnuda: ni la falda ni la blusa de sus encantos intentan siquiera ocultarlo. Así que no es de extrañar que el joven jefe acabara clavándole la polla en la mejilla. ¿Quién se resistiría, viendo esos pechos y ese culo en acceso casi abierto todos los días? Ni siquiera conozco a ningún hombre así, ¡y tampoco conozco a ninguna mujer que le guste!
Estás tan caliente... A mí también me gustaría casarme.