Sí, correrse en la cara de las chicas, ver el esperma fluyendo por sus mejillas y labios es un espectáculo inolvidable. Es un final de cuento de hadas para el sexo. La chica traviesa acepta obedientemente la leche condensada del hombre y se lava la cara con ella. El macho se la ha follado y ella se lo agradece.
Papá tiene un reparto de tareas en la casa: su mujer le cocina, su hija le chupa la polla. Incluso se corre en su coño para darle nietos. Y si se casara, papá, como un hombre honesto, ¡se correría en su boca!