Los vídeos de castings son geniales porque ahí se encuentran mujeres reales (no modelos, sin retoques ni brillos, sino las que andan mayoritariamente por nuestras calles). No hay escenas forzadas, gemidos innecesarios y otras cosas. ¡Aquí está la vida real de la mayoría de la gente corriente!
Es toda una máquina sexual, no un masajista. Hizo el baile en su pene profesionalmente. Sin embargo, no la dejaría morder la cabeza con los dientes, se la metería hasta el fondo de la garganta para que no se estropeara.