Al parecer, padre e hija ya se han dedicado repetidamente a los placeres sexuales, ya que la chica tiene experiencia como antigua zorra, y no se avergüenza en absoluto de su antecesor. Sus ojos desvergonzados excitan aún más al viejo, que ya no se acuerda de su estatus.Las caricias orales de ambos se convierten en una dura follada, y la rubia ruge de placer, sin olvidar sonreír dulcemente a su papá.
Me encantan las señoras con el culo gordo, ¡y más aún con unas tetas tan enormes! ¡Apesta mucho, por supuesto, pero aun así no descansaría hasta follarla entre las tetas y follar su gordo culo! ¡No me lo perdería por nada del mundo!